Los cuchillos forjados son formado por una sola barra de acero que se calienta y se golpea para darle forma. Primero se someten a un tratamiento térmico, luego martillado/machacado para obtener la forma correcta. Esto ayuda a que la hoja conserve su filo durante más tiempo, ya que las moléculas internas del metal se reorganizan.